Los primeros dibujos animados aparecieron a principios del siglo XX. Se caracterizan por ser dibujos a los que se le dota de movimiento, con el objetivo de representar historias para verlas y oirlas en el cine y no sólo leerlas y verlas como hasta entonces con los cómics. La parte más importante para que estos se llevasen a cabo era la creatividad y el talento de los dibujantes.
Principalmente la técnica más utilizada para la creación de éstos, es la de dibujar a mano; aunque actualmente con la evolución de las tecnologías se está introducciendo nuevas técinas en la creación de estos dibujos, como la realización a través del ordenador; lo cual significa una mayor revolución en la industria de la animación tanto en la televisión como en el cine.